sábado, julio 30, 2005

Que la inocencia te valga...

Bueno, aclaro que estoy lejos del nivel de los demás, pero le pusieron tanta onda y torean tanto con eso de que las minas no nos animamos que no puedo dejarla pasar.


Yo todavía me acuerdo de mi primera vez, bue, ni que hubiera sido hace taaaaaanto... sí, si lo fue.

Hay varios mitos en torno a la primera vez, uno sostiene que duele, sangra, no gusta y demás.

Bue, que se yo, habrá sido así en el pasado (cómo se llama el tiempo pasado anterior al pasado del relato?), o tal vez lo mio fue la excepción...

No sé, a mí no me dolió. Pero posta que no me dolió y me gustó. No como me gustaron las veces subsiguientes, pero me gustó.

Y, claro, tampoco sangré. Bueno, esto hay que desarrollarlo. Cuando a vos te dicen que cuando el himen se rompe sangras, y además lees que sangras y bla, lo primero que pensas es en lo que pasa cuando te indispones... un charco de sangre en la cama... detectives, reconstrucción del crímen, etc.

Bueno, nada de eso... una gotita de sangre apenas cuando fui al baño después de...

En fin, nada raro hasta ahí. Pero a mí se me dió por "debutar" (que feo decir así) con un Dandy, asique después, en lugar de dormirse, como es lo esperable en estos casos, se le dio por hacerme mimos y darme charla.

Recuerden que yo era joven, y él tenía 22 años, yo no era la primera, ni la segunda... y así, con carita de preocupación le dije... no, todo muy bien, me gusto, me siento bien con vos y lo que te voy a decir no es para que te preocupes, pero me parece que hicimos algo mal, porque yo sigo siendo virgen... será un problema tuyo o mio?


Es el día de hoy que cuando nos "vemos" le agradezco que no se me haya reido en la cara, porque podría haber arruinado por completo mi vida sexual.

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Ineptitud

Salvo que llegue algún otro mail entre hoy y mañana o que a algunas de las chicas del staff(?) se les ocurra alguna suya, cerramos la semana temática de anécdotas sexuales papeloneras con la historia que nos mandó efra.

Habré tenido no sé, 15-16 años, en una noche en donde después de tomar no demasiado, sino lo justo para estar alegres, tres amigos y yo decidimos subirnos a un auto y viajar hacia una ciudad vecina para divertirnos(?).
Las hormonas que reventaban eligieron por nosotros un quilombo de no tan mala muerte y ahí nos instalamos a tomar un par de cervezas, siempre con la mejor de las ondas.
Blablabla, señorita va, señorita viene, decido meterme en una habitación con una de ellas. O sea, estaba por tener mi primera vez con una mina!! Uh sí, todo re lindo. Hasta que me toca ponerme el forro. Ahí se complicó demasiado la cosa a causa del nerviosismo: no había caso, el forro no quería quedar bien acomodado(?).
La damisela solícita quiere meter mano en el asunto, pero yo no... tomando esto como un golpe a mi dignidad, me niego rotundamente.
Sigo intentando por aproximadamente 10 minutos y la cosa no marchaba, no marchaba y así.
La mina me mira y me dice: "tranquilo, dame que pruebo yo".
"No vas a probar un carajo", contesté re cebado.

La onda es que no recuerdo bien las circunstancias(?), pero en un momento estaba en bolas (al re palo), rajándola a puteadas a la mina, tirándole la guita en la cara, y en otro estaba tomando más alcohol con amigos, intentando responder con evasivas los "qué tal la pasaste?".
Igual, las evasivas fueron al pedo, porque luego llega tipo "encargado" de la mano con la mina, y me empiezan a increpar sobre mi trato al personal, blabla, "que si era un inepto para ponerme los forros ella no tenía la culpa", blabla.
Ahí las carcajadas fueron generales, por parte de mis amigos y de los presentes en el lugar.
Desde ese día decidí nunca más pagar por sexo.
Quedé alienado totalmente(?).

efra - http://n-n-n.blogspot.com

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viernes, julio 29, 2005

Oye tía...

Seguimos con la semana temática, y esta vez vamos con la anécdota de leon.

Encontrándome en la casa de una chica de la cual no voy a divulgar su identidad... estábamos en un sabroso juego previo a las 5am de un sábado y nos tiramos en el sillón (ese donde la familia miraba tv) y nos pusimos a hacer esas cochinadas que tanto nos gustan a todos... (debo aclarar para crear suspenso que se encontraba de visita una tía de esta muchacha en la casa y era sorda y muy fiera, tanto que un día que llegué estaba conversando con madre y hermano de la fémina en cuestión y la tía estaba afuera del otro lado de una ventana fumando y yo al verla me asusté de tal manera que pegué un grito zarpado...). Bueno la cosa es que al pararme para colocarme el forro y mientras desenrollaba el coso de látex en mi picha erecta se abre la puerta y aparece LA TÍA!!! Y como era sorda no nos escuchó y nosotros no nos dimos cuenta así de una y se quedó atónita mirando la escena... Yo la vergüenza la perdí a los 3 años así que me chupa la pija todo, pero la chica en cuestión no sabía dónde meterse y estaba fucsia... La cosa es que no hubo poneta y me fui caminando bajo el sol del amanecer a mi casa con la pija parada y todos los perros de la cuadra ladrándome...

Otra más breve y reciente... Luego de haber cogido toda la noche con mi ex-mujer la saqué para cambiar de posición y yo sabía que no debía pero... sí, che... lentamente se me bajó la erección y quedó mi pija a media marcha hinchada y blanda... y me reí porque yo quería pero no podía... Y ella me decía que no me riera así, que no se me iba a parar... Entonces a dormir se ha dicho y una vez en posición cucharita, acurrucados y calentitos (y entrando en el sueño) el amigo se despertó listo para un nuevo round bastante extenso por cierto, en el cual me vi imposibilitado de eyacular debido a tanto desgaste previo???...

leon - Greta is dead

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jueves, julio 28, 2005

Pinocho

Siguiendo en la tesitura de "personajes de ficción" para ilustrar los posts de esta semana temática, vamos con una anécdota que mandó El Tío.

Esta no es mía, le pasó a un amigo al que vamos a llamar Pinocho.

Pinocho cumplía un año de novio. La piba, a la que vamos a llamar Keyra, para que el que googlee* el nombre, caiga en Benito. Bueno, la piba esta vive en la loma del ojete al 7000, donde se corta (?), y como los padres se fueron de vacaciones, el flaco se tomó dos bondis y fue. También se tomó un vino con un amigo a la tarde, y se fumó un churrete antes de salir. Retengan esa info, es indispensable(?).
Bueno, el caso es que el flaco llega, y oh, sorpresa: la hermanita (16 primaveras) de la novia, invitó a 6 amigas para quedarse a dormir. "Te llamé, pero ya habías salido", dijo la novia. Bueno, el caso es que Pinocho estaba grave: siete pendejas escabiando y saltando por toda la casa, mientras la novia le hacía mimos en el sillón.
Una hora aguantó Pinocho. Hasta que le dijo a la novia: "Vamos YA a garchar". "Bueno, esperá que le digo a mi hermana que no entre a la pieza. Vos subí".
Sube el flaco, y entra a la pieza. Comienza a tironearse la espada del Augurio para que se ponga heavy, y en eso, entra alguien. Una amiga de la hermana.
La piba se queda helada.
El flaco le dice: "Es que... con Keyra... íbamos a garchar... te prendés?"
...
Yo no sé cuántas películas de Silvia Saint* viste, pero en la vida real, NO SE PRENDEN. Qué hacen? Bajan las escaleras cagándose de risa, les cuentan a las amigas entre lágrimas, el flaco baja, escucha (con un oído, con el otro escucha a las pibas que se siguen riendo) cómo la novia lo caga a pedos, y hasta la interrumpe para gritarle a las pendejas: "Hey, no es chico, cualquiera!".

Es el día de hoy, que el flaco no puede ir a algunos boliches o lugares, porque el "es chiquito" de la pendeja, es vox populi.

El Tío - Crónicas de un loco en la luna

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miércoles, julio 27, 2005

Muy rico todo...

Para que vean que no sólo los hombres se animan a contar sus papelones sexuales, me he autoconvocado en la consigna de esta semana temática y paso a postear mi propia experiencia "tierra trágame" (que, lamentablemente, es sólo una de las tantas historias que ya forman parte de esta antología). Mañana continuamos con las anécdotas que llegaron vía mail.

Con un chico con el que salía hace unos años, cada tanto se nos ocurría planear "noches especiales", es decir: noches que requerían de algún tipo de preproducción.
En aquella oportunidad, no fue nada del otro mundo. En realidad festejábamos algo en especial que ahora no viene al caso mencionar, pero la cuestión fue que habíamos planeado una noche de viernes lujuriosa en su departamento.
Él se había esmerado cocinando algo muy rico y elaborado. Puso un buen vino en la mesa. Velas. Ese tipo de cosas.
Yo llevé el postre... y me llevé a mí misma como postre, eligiendo cuidadosamente la ropa que me había puesto y hasta un nuevo conjunto de ropa interior para estrenar encajes (de todo tipo, claro).
Bien. Comimos. Todo muy rico. Nos tomamos la botella entera de vino. Y luego abrimos otra, que también se consumió. Y finalmente una tercera... Postre. Mimos, arrumacos, besos, manos, lenguas... Todo me da vueltas, y vos también... La cuestión es que no sé qué pasó: si fue la comida que me cayó mal, si fueron las tres botellas de syrah, los movimientos de traslación, o todo eso sumado y mezclado... pero me empecé a sentir mal. Muy mal. Y mi cabeza que me decía: "No puede ser que te estés sintiendo mal justo ahora!".
Intentando que él no se diera cuenta (y tratando que de paso no se me cayera ni una piedrita de mi corona de reina), interrumpo la previa con un "Ya vengo", para escabullirme rumbo al baño, ante la mirada de no entiendo nada de él.
Creí ingenuamente que con una lavadita de cara con agua fría todo se me iba a pasar. Pero no. Y no pude evitarlo, y en la soledad del baño, me abracé al trono de loza y empecé a devolver todo lo ingerido por el mismo lugar por donde había entrado a mi cuerpo.
Claro, este tipo de sucesos suelen ser audibles para todo el que ande por ahí cerca. Además, súmenle a eso que yo soy de aquellas personas que cuando vomitan, lloran. Así que ahí estaba yo, sumergida en la peor de mis miserias, con mi Don Juan que al otro lado de la puerta me preguntaba preocupado: "¿Estás bien? ¿Querés que llamemos a un médico?". Un desastre que no acabó hasta que mis tripas se vaciaron por completo, generando en mí una mezcla de sentimientos que incluían: vergüenza, bronca por la noche que prometía mucho y que fue desperdiciada, culpa por haberle ensuciado el baño... de todo!
Por suerte entre los dos teníamos la suficiente confianza como para contenernos en momentos como éste y terminar riéndonos del papelón. Y por supuesto que una vez que logré salir del baño, me acosté en la cama y me dormí, y hasta la mañana siguiente no hubo ni siquiera una mirada libidinosa. Previamente igual le tuve que pedir prestado un cepillo de dientes, y durante un tiempo me sentí bastante identificada con Stan, de South Park.

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martes, julio 26, 2005

Speedy González

Continuando con la semana de anécdotas sexuales papeloneras, aquí tenemos la de jAiRo:

Uno puede hacer muchos papelones en su vida, algunos graciosos, otros irritantes y seguramente patéticos, pero siempre se recuerdan con risa y terminan siendo tan sólo una anécdota divertida.
Pero cuando uno hace el ridículo en la cama, estos papelones pueden llevarte a terapia, tal como me pasó a mí.
Resulta que hace un par de años, yo estaba en la cúspide, hacía ya un largo tiempo que estaba solterito, era un personaje bastante conocido, no soy Gael García Bernal pero tampoco soy feo, estaba terminando de cursar la facu, tenía un trabajo tranqui, y me había comprado mi primer auto (hoy fallecido como les conté alguna vez).
Todas esas condiciones a uno le suben la autoestima y lo envalentonan frente a muchas situaciones, y yo que fui siempre un pibe tímido, me dediqué a encararme a todas las mujeres que no me animaba.
Resulta que un bendito sábado, me puse a charlar con una bella señorita, bastante deseada en la tribuna masculina, y charla va trago viene terminamos enroscados.
Muchos besos, mucho franeleo, demasiada excitación. Decidimos irnos del boliche con rumbo al departamento de ella (muy viva, me llevó a su territorio).
Ya en el depto. nos dedicamos al fabuloso juego previo. No sé si será por lo intenso del precalentamiento, por la ansiedad, o por no poder creer con quién estaba, que mi querido amigo se olvidó de obedecer mis órdenes y terminó su trabajo antes de que empezara.
Totalmente avergonzado, no sabía qué hacer (reverendo HDP justo hoy tenés que portarte así), pero ella me calmó y siguió hasta que el traidor volvió a la vida. Hete aquí que cuando a copular, fueron 2 bombazos y otra vez (parecía una escena sacada de American Pie), a lo que ella dijo "hace mucho que no la ponías?" riéndose. Ja ja, como si eso me hubiese calmado.
Y como si fuera poco, me puse tan nervioso que nunca más se volvió a levantar esa noche.
Desde ese día fui conocido por un tiempito como Speedy, porque a la señorita se le ocurrió divulgar lo sucedido esa noche, cosa que me llevó a terapia.
Por suerte unos meses después volví a tener otra oportunidad con esta mujer, pude reivindicarme y estuvimos saliendo un buen tiempo.
Eso sí, nunca más pude sacarme la fama de precoz. Y si eso no es un papelón, entonces qué?

jAiRo - Te muestro los dientes

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lunes, julio 25, 2005

Caperucita roja

Comenzando con la semana temática de anécdotas sexuales papeloneras, los dejo con esta primera entrega, cuya víctima ha sido Jack.

Voy a contar un episodio, que incluso visto a la distancia, aún hoy me produce cierto sentimiento de vergüenza extrema. Seguramente esta historia entrará en mi autobiografía MEMORIAS DE UN PERDEDOR EMPEDERNIDO...

Hace 8 años, más o menos, yo estaba de novio con M.R. Formal era la cosa, pero no exenta de aventura y divertimento. Para que se figuren un par de cosas, yo tenía 25 y M. 20, llevábamos unos 3 o 4 meses saliendo, y la verdad que estábamos muy bien juntos. Hasta el día en el que ocurrió lo que voy a contarles.

M. era la típica nena de mamá y papá, que querían para la nena el mejor marido del mundo. No un Jack, por ejemplo. Esta circunstancia demoró la ceremonia de "te presento a mis padres" un poco más de lo que a ella le hubiera gustado. Tampoco conocía su casa, salvo de lejos cuando estacionaba el auto en la esquina y la llamaba por teléfono para que saliera. Un día viernes, los padres se fueron de viaje a visitar a la abuela de M., que vivía en Mar del Plata, y que estaba delicada de salud. Así que con M. sola en su casita, nos organizamos una noche de ensueño para el sábado. En casa de M., por supuesto.

Entre otras cosas, tuve la genial idea de comprar un par de cosas para jugar un rato (no, no lo que están pensando): una máscara de goma espectacular de un lobo feroz y un disfraz erótico de caperucita roja. Hagámosla corta. Llegó el sábado, compramos vinito, picadita, y a jugar!!

No sin arduas negociaciones y varias copas de Chardonnay, logré que accediera a ponerse el disfraz de caperucita... y zapatos con tacos... estaba divina. Me puse mi máscara de lobo (y solamente eso) y empezamos a corretear por la casa entre risas y aullidos, con la música de los Redondos de fondo, a volumen considerable. De a ratitos se dejaba alcanzar, nos propinábamos mimos vulgares de todo tipo, y escapaba nuevamente. Decir que me estaba volviendo loco era poco. Sin embargo, la estábamos pasando a lo grande.

Tal era el divertimento, que jamás, ni por casualidad, escuchamos la puerta de calle. Días más tarde supe que por razones de traslado al Hospital de Clínicas de la abuela de M. ese mismo sábado, los padres habían vuelto un día antes de lo esperado. Cuando entraron, M. estaba corriendo por el living con su capita roja y semi en pelotas, y yo estaba ídem pero sin el semi, con mi máscara de lobo, saltando en el sillón mientras aullaba.

Tragame tierra (y cagame en Taiwán).

Nos quedamos todos congelados, quietitos, como esperando (todos) que la situación se desvaneciera... pero no. En la desesperación, por hacer algo creo yo, M. me tiró un repasador como para taparme, el cual quedó colgando como una banderita. M. me miraba alternativamente a mí, a los padres, y así, hasta que dijo:

-Pa, ma... él es Jack, mis padres.

Bajé del sillón, agarré mi ropa, y sin sacarme la máscara (gigantesca) empecé a vestirme como podía... a todo esto mi entusiasmo corporal por la dama en cuestión no decaía a pesar de la espantosa situación, lo que sumado a la desesperación me dificultaba consumar el vestirme, mientras los padres de M. me miraban boquiabiertos sin decir nada, y M. no tuvo mejor idea que venir a ayudarme... decir que no tiene hueso, que sino era fractura seguro. ¡¡Qué lindo para los padres ver a la nena acomodándole el coso al pibe!! Después de lo cual me pidió nada (y subrayemos el nada) amablemente que me fuera. Y así, a medio vestir y con la máscara puesta, salí caminando lo más dignamente posible de la casa...

-Señor R., señora R... buenas noches... M., te llamo más tarde.

Llegué al auto, me saqué la máscara y me fui.

Y así conocí a los padres de M. De más está decir que la relación no prosperó. Nos vimos un par de veces más y a pesar de mi insistencia de hablar con sus padres, no hubo caso...

Moraleja: Si vas a hacer el ridículo, al menos no usés tu cara (así por la calle no te reconocen...)

Jack - Con los tapones de punta

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miércoles, julio 20, 2005

Otro tema...

Estamos llegando a fin de mes (bah no sé, esperen que reviso mi billetera...) y como ustedes ya saben, en este blog somos democráticas y participativas (lo cual no quiere decir que vayamos a participar de sesiones de sexo grupal ni nada por el estilo... o sí, no sé) y también un poco vagas y explotadoras, así que a fin de mes laburan ustedes y nosotras miramos desde afuera (como voyeuristas, vio?).

Sin más preámbulo, me atrevo a lanzar el tópico para la próxima semana temática en Bendito: Anécdotas sexuales papeloneras.
Es decir: aquellos momentos en los cuales todo estaba pensado y preparado para lucirnos cual dioses del sexo o porn stars frente a nuestra pareja y, de pronto... algo sale mal, convirtiendo lo que debía ser un momento sumamente erótico en un tremendo papelón (que con suerte, y si hay onda, termina haciéndonos reir a los dos, pero bueno... a veces eso no pasa).

Vamos, todos tenemos alguna de estas! No sean vagos, y escriban! La idea es que nos riamos un rato y que de paso demostremos un poco que no somos bombas sexuales en la cama. Nadie es perfecto, dicen (y sino, dejen url, mail y celular, jaaa!).

Ya lo saben, pero por las dudas lo repito: manden su texto a benditoblog arroba yahoo punto com punto ar. Tienen tiempo hasta el domingo 24. Pilas!
UPDATE: Nada que ver, pero hay otro post nuevo abajo de este. Aviso, para que no se lo pierdan(?)...

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El día de... (de?)

Hoy es el día en el cual te das cuenta qué intenciones tienen realmente los hombres para con vos. Es un día clave porque a partir de lo que pase hoy, ya sabés cómo actuar el resto del año.
Así que ya sabés: si hoy recibís un mail, un sms, un llamado o lo que sea, de esa persona... pero que te dice "feliz día del amigo"... no pierdas más el tiempo. Ya fue. A buscar otro, querida.

Exceptuados del caso:
* Los ex con los que cerraste bien una historia y que hoy pueden ser considerados dentro de la categoría "amigos", porque ya no hay intenciones de ningún otro tipo de roce.
* Parejas formales, establecidas (y muy melosas), que se saludan hoy igual "...porque además de ser mi amor, sos mi mejor amigo/a, cuchi cuchi".

Aprovechen también la oportunidad para enviar mensajes claros. Es decir, pueden sacarse gente de encima o despejar inquietudes con sólo decirle a alguien "Feliz día". ¿Vieron qué simple? Voilá...

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jueves, julio 14, 2005

Propuesta decente

Lo que me gusta de mandar mano mal es que se sorprenden. De repente estás en algún lugar con mucha gente, y lo tenés al lado. Ahí, tan cerca tuyo que te empezás a imaginar situaciones bonitas y excitantes y entonces, venga, tío, vamos a aprovechar y condimentemos un poco esto. Ahí nomás rozás como de casualidad la bragueta del jean y uy, qué bien se siente. Te mira intentando saber con qué intención fue y vos devolvés esos ojos inocentes, que brillan y agonizan de deseo. Y es cuando empieza a jugar él también y mientras las personas pasan, respiran y viven alrededor suyo. Vos justo tenés que agacharte a revisar el último estante del mueble, y qué suerte que se te ocurrió ponerte la tanga, porque te gusta la sensación. Ël que te sigue mirando y que justo tuvo que alcanzar un papel cuando vos te diste vuelta y, epa, el brazo choca con tu pezón y no podés evitar que te encante. Te estás mojando y te das cuenta (porque te das cuenta) y tu intención es que él lo note. La solución es mirar fijo, dirigir el paso y dar un buen apretón de verga, como niña educada y a modo de bienvenida. Susurrar un lugar y plum plim traka traka. Si no llega en cinco minutos, no volver a intentarlo nunca. Pero no creo que falle.

Ah, y antes comprar condones, claro.

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jueves, julio 07, 2005

Upgrades

Como bien dijo Maga hace algunos posts, "a cojer se aprende cojiendo". Esa es la realidad.
Me atrevería a decir que esto se aplica en sus dos versiones disponibles:
* Si tenés una pareja estable desde hace mucho tiempo (es decir, si venís cojiendo con la misma persona y solamente con esa, durante años y años...), las performances sexuales de ambos protagonistas van mejorando con el paso del tiempo, el conocimiento propio y del otro, el derribamiento de trabas (con B, sí!... bah, salvo que tengan otras preferencias sexuales...) y las desinhibiciones, aprender qué es lo que le gusta al otro que le hagan y qué es lo que nos gusta a nosotros que nos hagan, probar, cambiar, variar. Es decir: no hace falta necesariamente que uno haya cojido con muchas personas como para ir mejorando el estilo.
* Si sos de los que han acumulado números en la columna del Haber, seguramente también habrás notado que con cada persona con la que compartiste sábanas (mesadas, suelos, sillas, escaleras, ascensores, autos, duchas, baños públicos... perdón! ya vuelvo!) se aprendió algo nuevo. Aunque suene siniestro, la realidad es que todos vamos armando una suerte de estadística sobre la cual nos basamos para formular máximas del estilo: "No existe ser humano que no se caliente con el recorrido básico: beso de lengua, succión del lóbulo de la oreja con acompañamiento de respiración agitada o gemido, besos en el cuello (y a partir de ahí, podemos seguir en dirección Sur...)" o con cualquiera de las cosas que Maga enumeró en el post de acá abajo.
Lo bueno del sexo es justamente eso: que evoluciona, que mejora, que crece, en definitiva: que se aprende mediante la experiencia (sí, ensayo y error también sirve para aprender las "cosas que no...").
Pensemos que siempre hay un 50% que ponemos nosotros como individuos. Eso ya lo tenemos garantizado. Y después, podemos sorprendernos, innovar, repetir o aprender del 50% que aporta el otro. Lo importante sería entonces no caer en la rutina, no permitir jamás que el sexo se convierta en algo mecánico y aburrido. En líneas generales: disfrutar es la palabra clave. Y si se disfruta como si pensáramos que mañana se va a acabar (linda palabra...) el mundo, seguramente nos permitiremos muchas más cosas que nos proveerán de experiencias muy agradables.
La experiencia nos demuestra que siempre nos equivocamos cuando pensamos "Esto no puede estar mejor!". Sí, puede. Por suerte, sí.

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Buuum

Quito y Muñiz, Almagro. Telo barato, pero cómodo y sin perfume que delata el poco precio (anoten, sí, esto es pregunta de parcial). Hombre, mujer y hormonas activas. Acercar narices, respirar, algún mmmm, quejidos sonrientes y mi lengua que descubre tus labios, pero no del todo. Me doy cuenta que me está gustando el olor de tu cuello. O son tus dedos, no sé bien. Empezar a no saber es señal de que va a ser bueno. No puedo decidir qué me gusta más, y entonces me relajo. Y mmm. Y dale, y más. Morder morder morder lóbulo, labio, lóbulo, labio, cuello (mm, rico olor) pecho de nene, ombligo, más abajo y vos que te encanta mirar. ¿Tenés el chocolate?
Me vuelvo secretaria, nena de papi, salvaje. Soy mirada que pide más y muerde, me deshago en susurros y respiración. Te despedazo, me podés, me volvés loca. Y en medio de este momento, amenaza de bomba y tenemos que irnos a explotar a otro lado. La puta madre.

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Bendiciendo:

Maga
~Naty~
¨ce_

 

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