Condimentando...
Come on, babies, light my fire. Hacé que me prenda, es una orden. Regalame sorpresas de colores. Estimulá mis sentidos. Cumplí tu función. Mentime si hace falta. Obligame a desearte, a imaginarte. De a poquito, acercate. Erizame. Inspirá en siete tiempos y dejame escuchar. Buscá mi nariz, regalame olfato. Subí la música. Sí, bueno, las pulsaciones también. Bailás? Dale, no seas tímido... Te invito a sentirte en una película: habitación de selva, mesada de restaurant, ascensor trabado en el entrepiso... Elegí. Y dale, besame. Des- cubríme. Encendeme, volvete irresistible. Susurrame ?emes?, sentime el gusto. Pecá. Peca. Inolvidable peca bien ubicada. Haceme temblar, hacé que te recuerde. Y esperame... Dale, si vos podés. ¿Más? Más... Y respiración... Atractiva y morena respiración.
Bien, ahora vos. Dale, que ya viste mucho. Prendete. Pensabas que me había cansado? No, no. ¿Lo despertamos? A ver, traéme el condimento. Sí, esa caja de besos frutales... Vamos.. frente, muaks, nariz, muaks, labios, muaks, cuello, muaks, pecho, muaks, panza, muaks, ombligo, muaks... Sí, sí, después me quedo, ahora esperá que se ponen celosos... muslos, muaks, rodillas, muaks, gemelos, muaks y rubios pies que continúan en dedos, piernas, ombligo, cuello y cara morochos.... Distintos, y sin embargo regalando sensaciones tan iguales. Temblamos? Dale. No, ya sé, rubio, que no querés mirar más. Vení, dale, los dos... no vamos a hacer diferencia...
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