Sexo Oral
Bueno, voy a abrir con el clásico chiste, este post no es sobre lo (*INSERTAR ADJETIVO CALIFICATIVO CLARAMENTE POSITIVO) del sexo oral, ni tampoco es un post para hablar de sexo. Más bien se trata de promover una práctica no descubierta por todos: hablar DURANTE.
Quien más, quien menos, todos hemos tenido nuestros parloteos en el momento XXX; sin embargo, no todos nos hemos detenido con atención en este interesante condimento.
Vamos a aclarar algo, hablar DURANTE no es plantear quilombos, ni contar anécdotas, ni decir cosas como: Yo te dejaría por fulanito (no importa cuanto alcohol se tenga encima, esa frase nunca será perdonada). Tampoco es, esa cosa cursi que nos ataca a veces minutos después en los que se nos escapan te quieros, te extrañe, te pareces a Bon Jovi, acabaste muy rápido y demás.
No, hablar es acompañar lo que se está haciendo. Relatarlo, sazonarlo, zarparse, sonorizarlo. A mí, personalmente, hay dos o tres cosas que me agrandan los ratones (dije dos o tres porque tampoco es cuestión de hacerse fama). Una de ellas, sin duda, son los quejidos. Esos gemidos ahogados, aún cuando no tengas que pasar desapercibido a ningún oído ajeno, la estallan (ja, qué metáfora, perdón, me desubiqué)
También está muy bueno, volverse un poquito perversas/os. Sin excederse claro, tampoco queremos que algún vecino con ínfulas de súper héroe venga a rescatar a nuestro muchachito por la ventana que da al balcón. Pero zarparse un poco con lo que se dice/promete tiene su momento.
Y, por último, (dije que solo iba a largar dos o tres porque tampoco este blog es para avivar giles) tiene mucho de bueno, exaltar las cualidades de nuestro compañero, guiarlo, acentuar los lugares/momentos que queremos que enfatice, pedirle lo que nos gusta, hacerle sentir que es bueno.
Igual, lo mejor de todo es no forzar. Por ejemplo, cuando se nos escapa un "venga tío que me corro", es porque estamos imitando una porno mal doblada y no da. Tampoco hay que repetirse aunque la formula: quejido, jadeo, suspiro contenido, quejido involuntario, palabras zarpadas, respiración acelerada, palabras exigentes, onomatopeyas, grito, grito, gritoOOOOOOOOoooooo... es tan buena que, al escucharla, una corre el riesgo de exitarse a sí misma.
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