MOMENTOS CORTAMAMBO
Esta vez nos dedicaremos a hacer una breve enumeración de aquellos momentos que nos pueden ocurrir durante un revolcón y que cortan la inspiración, el clima... y a veces hasta las ganas. Se aceptan otras sugerencias en los comments.
No voy a hablar de cosas obvias como por ejemplo: ser interrumpido porque alguien llega o porque suena el timbre o el teléfono (ya sea el de casa, algún celular o el de la habitación del telo en la que estemos), sino de otro tipo de situaciones a las cuales todos podemos estar expuestos. Veamos...
La mascotita: a quién no le pasó que, estando en plena "batalla sexual" se subió el perrito o el gatito a la cama, generando susto e indignación, además de la incomodidad por la súbita ocupación del territorio. O abrir los ojos y encontrarse con la mirada inquisidora del tierno animalito. Menos mal que aunque nos puedan ver, ellos no pueden contarle a nadie lo que estuvimos haciendo!
Con la música a otra parte: quién no tuvo alguna pareja medio colgada que te diga: "Uy, escuchá qué buen tema ese!". ¿De qué tema me hablás? ¿Hay música puesta? Qué sé yo! Tocame y callate!
La tanda: relacionado también con la música, imagínense la siguiente situación: estamos en un telo y elegimos alguno de los canales de radio para musicalizar el momento. En general, terminamos cayendo en alguna estación onda Aspen Classic. Todo va bien. Hasta que llega el momento de la tanda comercial. Y la verdad que tener que escuchar, por ejemplo, cómo un locutor te quiere vender celulares, no es lo más erótico que te podría llegar a pasar, no?
Golazo: la tele prendida da un efecto luminoso más que interesante. El problema es cuando el canal que queda sintonizado es, por ejemplo, un partido de fútbol. Aprovechamos el entretiempo para hacerle unos mimos a nuestro compañero, se genera buen clima... y para cuando estamos en acción ya arrancó el segundo tiempo. Y acá todo depende del grado de fanatismo masculino. Sólo a un hinchapelotas se le puede ocurrir cortar todo para ver el replay del gol que se perdió por haber estado ocupándose de nosotras!
Bichitos: abrir los ojos y de repente ver una araña de tamaño gigante en el techo de la habitación tampoco es de lo más agradable. "Yo no pienso seguir hasta que no la mates", suele ser la frase que tiene que aguantarse el muchacho de turno.
Aia!: qué feo que es cuando te queda el pelo enganchado (ya sea por alguna almohada o alguna parte del cuerpo propio y/o ajeno), te querés mover y te empieza a tirar. Además genera desconcierto en el otro, que tiene que interpretar a qué se deben esos gritos de "aia, auch!!" y las caras que ponemos.
Canelón: el efecto canelón es cuando todo ya se convirtió en un descontrol total y las partes del cuerpo se empiezan a enredar y quedan atrapadas entre las sábanas (en general suele pasar con las piernas o los pies), imposibilitando todo movimiento. Y ahí hay que empezar a deshacer movimientos para ver cómo salir de dicha trampa.
Frío frío...: si estás en la ducha, no hay sensación más desagradable y cortamambos que, que se te apague el calefón y el chorro de agua empiece a salir muy frío sin previo aviso! Todo el mundo afuera y a secarse rápido, que no hay forma sino de volver a subir la temperatura corporal!
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