MUJER AMANTE
Todas alguna vez escuchamos el famoso:
"En la vida una dama... Y en la cama la más puta". Ampliemos ese concepto.
Toda buena mujer debe, en algún momento de su vida, pasar por las siguientes experiencias:
* Tener al menos un conjunto de ropa interior infartante para usar en ocasiones especiales. El detalle queda a gusto de la propietaria y las opciones son múltiples: encajes, plumas, brillitos, lentejuelas, transparencias, minimalismos...
* Saber diferenciar los conceptos
mantener relaciones sexuales y
hacer el amor. Es decir: haber probado ambos extremos y haberlos disfrutado.
* Conocer su propio cuerpo a la perfección.
* Aprender a tocar su propio cuerpo de manera tal de saber autoproporcionarse placer cuando lo necesite.
* Haber preparado una cena tan romántica que roce lo cursi. Velas, comida casera en abundancia, un buen vino, postres que sean ideales para ser untados sobre el propio cuerpo y el del amante y lleven la velada hacia otras direcciones (la cama, por ejemplo).
* Experimentar múltiples orgasmos en una misma relación sexual.
* Haber hecho al menos una vez un strip tease.
* Tener sexo en lugares no convencionales o corriendo el riesgo de ser descubierta in fraganti.
* Haber pasado por alguna situación en la que haya coqueteado con el lesbianismo. Aunque sea un piquito entre amigas.
* Saber hacer un buen uso de la palabra, de manera tal de poder estimular a su amante con una simple conversación telefónica, un mail o un chat por msn.
* Llevar preservativos en su cartera o tenerlos en la mesita de luz. Saber colocar un preservativo. Dejemos de lado ese pensamiento rígido de que el tema de los condones es exclusivo del género masculino.
* Haber encarado a un hombre y ser quien proponga el encuentro sexual.
* Tener sexo bajo los efectos del alcohol o cualquier otro estimulante.
* Haber practicado sexo oral... hasta las últimas consecuencias.
* Conocer de qué se trata la pornografía.
* Hacer un buen uso del poder de la mirada y de partes clave de su propio cuerpo como las manos, la lengua, la cadera.
* Manejar los ritmos y velocidades según lo requiera cada situación.
* Saber desvestirse y desvestir al otro haciendo uso de la sensualidad.
* Ser capaz de mantener una conversación sobre sexo con altura y sin tapujos.
¿Te falta probar alguno de todos estos ítems? ¿Qué estás esperando? Animate! Recordá que en el sexo todo está permitido, siempre y cuando implique placer.
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