La famosa "piragua"
Llegó el verano, llegó el calor, y con él una de las alternativas más frecuentemente utilizadas en estos tiempos de sudor a litros: el sexo y el agua.
Este tema había quedado pendiente y había surgido en un post anterior de
Maga (el de los lugares donde NO hacerlo) y ya allí habíamos insinuado que el agua tiene sus dificultades.
Particularmente, reconozco que hay una parte que es extremadamente placentera: la del franeleo bajo el agua, ya sea lluvia, ducha, pileta, jacuzzi, mar o tanque australiano. Los cuerpos en el agua son más livianos (sino consúltenle a Arquímides). La piel es más suave y el contacto entre los cuerpos se torna delicioso. Pero el agua tiene sus inconvenientes.
Convengamos que en el momento de la penetración, este maldito líquido ofrece sus resistencias. Por lo cual, podemos llegar a estropear un momento que venía siendo fantástico, intentando maniobras infructuosas.
Paralelamente, el agua dificulta la práctica del sexo oral, salvo que tengan una gran capacidad pulmonar que les permita contener la respiración por varios minutos y que además sean lo suficientemente hábiles como para encontrarle la vuelta y no terminar tragando agua y/o ahogándose.
De cualquier modo, esta práctica es complicada aunque no imposible. Yo sigo prefiriendo en todo caso que bajo el agua se dé el momento
previo, y que después
lo otro continúe en un lugar al resguardo de la misma.
Y para los más osados, les dejo una página donde pueden leer consejos si están interesados en tener sexo durante una práctica de buceo. No se la pierdan (click
acá).
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