martes, febrero 08, 2005

Reivindicación: Hoy, el telo.

He escuchado varias veces (ya que miro muchas películas de preparatorias yanquies, jaja) que a las mujeres (exceptúando las que comentan en este blog, que si vienen acá es por algo) no les gusta ir a un telo.

A mí me pasa al revés. Vamos a hablar a calzón quitado (como para adecuarnos a la escenografía). Los telos tienen su propio encanto. No siempre se puede contar con la casa de una o de otra persona, y aún cuando se pueda, si algo he aprendido sobre sexo es que no hay que caer en la rutina (también aprendí a hacer buenos petes, pero eso es otro tema, ja)

Decía. El telo siempre está disponible. No se cae a último momento por la presencia de parientes indeseados o de vecinos botonazos.

Además. Uno ahí tiene de todo. Porno gratis sin pagar adicionales que encima te hacen quedar como el culo cuando viene la abuela con los scones de limón. Jabón a estrenar para las partes pudendas (volveremos sobre esto en próximos posts), forros en la mesita de luz (muchas veces también encima de la cama pero esto ya es algo de lo que tenemos que encargarnos nosotras a la hora de elegir parteneir) y un bendito aviso a las dos o tres horas que evita compartir una interminable noche con la momia silenciosa que yace a nuestro lado o, en caso contrario, nos invita a separarnos de nuestro acompañante con ganas de volver a verlo cuanto antes y superar el récord conseguido en tan amorosa noche (siempre teniendo presente que el record de calidad ranquea sobre el de cantidad).

Por lo demás y ya como medida accesoria, el telo ofrece, en su variente más básica, la comodidad de una cama, mueble para apoyar el cuarto (en este caso no es sinónimo de habitación) trasero, y/o silla o sillón. Y, como no, un caramelito a la salida que borre los... llamemosle olores fuertes.

Hay que dejarse de joder. El olor a desinfectante no es peor que el de las milanesas fritas que prepara nuestra futura madre política al lado de la habitación. Y jugar con las lucesitas rojas y las azules tiene mucha pero mucha más onda que hacerlo con la luz apagada porque en nuestro cuarto tenemos esas lamparas de ahorro de energía que son superpotentes y parece que apuntaran con flechas sobre casa defecto, pero las tenemos que comprar siempre porque nos vienen bárbaro para poder leer los apuntes de la facu.

Deanle una oportunidad.

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Bendiciendo:

Maga
~Naty~
¨ce_

 

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