Pre-cita
Maga habló dos posts más abajo acerca de las citas. Vamos ahora a concentrarnos en la previa a una cita, es decir: cómo nos preparamos las mujeres para las citas, según corresponda el caso. Tomen nota:
1)
Cita a ciegas: las citas a ciegas son como un huevito Kinder. Te puede tocar un juguetito que no te interesa en lo más mínimo, te puede tocar uno repetido (y para qué lo queremos!) o te puede tocar algo por demás interesante y novedoso. Así que, por las dudas, no es bueno quemar todos los cartuchos, sino la frustración que debemos afrontar cuando la cita falla es un precio demasiado alto para nuestra autoestima. Lo ideal entonces es el look casual. O sea: estoy linda, me puse algo copado, pero tampoco mis mejores brillos. La palabra clave es la
discreción. Nada de escotes ni faldas cortas que dejen mucha piel descubierta. Maquillaje sobrio, casi imperceptible. Peinado
así soy yo (si hay rulos, nada de planchita; si el pelo es lacio, nada de ponerse los ruleros antes). Todo cuestión que, como le dice Mark Darcy a Bridget Jones, nos quieran "just the way we are".
2)
Primera cita con conocimiento previo de la otra parte: acá pueden surgir muchas variantes. A saber:
a)
Le dije que sí de favor: es decir, no estamos realmente interesadas en llegar a nada con el otro. En este caso, no hay que esmerarse demasiado. Se puede seguir con la tendencia marcada en el punto 1. Y se le pueden agregar variantes que despejen cualquier mínima duda de terminar teniendo sexo por caridad, es decir: no depilarse, que el color de la bombacha no coincida con el del corpiño o que las medias tengan agujeros.
b)
Vamos a ver qué onda: aquí ya se debe elevar la apuesta, pero de manera sutil. Puede aparecer un escote, puede aumentar la cantidad de maquillaje o variarse el peinado. La idea es sorprender, pero tampoco deslumbrar. Porque quizás terminemos concluyendo que no estamos interesadas y no es bueno mostrar el arsenal si no se pretende atacar.
c)
Me gustas tú: en este caso ya se debe atacar con munición pesada. Acá sí el objetivo es deslumbrar, así que vale todo con tal de generar en el otro ese deseo irresistible de meternos entre las sábanas. Básicamente seguir con las pautas que se indicarán a continuación en el punto 3.
3)
Cita "de hoy no pasa": es cuando ya se sabe que hay onda, generalmente ya hubo cita/s previa/s con besos, y es en esta cita donde seguramente vamos a ir a los bifes. Esta instancia requiere de cierta preparación previa. Primeramente, hay que estar depilada y bañada, claro. Luego de la ducha, aplicar cremita para que la piel quede suave y ligeramente perfumada. Elegir un lindo conjunto de ropa interior (o que al menos esté sano y mantenga sus colores originales; la cosa desteñida queda muy fea) o... si usted es un caso de "mujer Graciela Alfano", NO elija ropa interior y evite perder tiempo esperando que él dé en la tecla para poder desabrochar el corpiño. Ropa (poca), make up y (punto importantísimo!) un rico perfume, que, en lo posible sea original y perdure a lo largo de la noche. La idea es que a él se le quede impregnado en la ropa, en la piel y en las sábanas (guiño guiño) y con el cual pueda identificarla cada vez que lo huela. Si no se sabe dónde va a terminar la cita (si en tu casa o la mía), es aconsejable chequear antes de irnos que nuestro hogar quede en condiciones. Nada de dejar toda la ropa que no nos pusimos pero sí nos probamos sobre la cama, la toalla húmeda tirada en el piso del baño, la planchita enchufada, los apuntes de la facultad sobre la silla y los platos sucios en la cocina, porque queda feo y nunca se sabe dónde puede comenzar la batalla sexual y si estos elementos no van a incomodarnos o hacernos perder tiempo ordenando.
Ahora sí, aprovechen que es viernes, que está fresco y se viene el finde y comiencen a revisar sus agendas para hacer los llamados pertinentes. Habiendo leído esto, ya están preparados (no, de nada!).
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