Desmitificando: ¿entera o cortada?
A los hombres siempre les gusta indagar a través de la comparación. Es decir, necesitan saber constantemente si ellos son mejores que otros, qué piensan las mujeres, qué les gusta más, qué prefieren...
Uno de los tópicos sobre los cuales insisten mucho es con respecto al tamaño. Como ya hemos hablado sobre esto en otra oportunidad, obviaremos este asunto.
Pero si estableciéramos una especie de ranking, podríamos decir que la segunda preocupación comparativa sobre la cual les gusta averiguar, es si las mujeres preferimos a quienes la tienen entera o cortada. Es decir: si existe alguna diferencia en cuanto al placer que puede generarnos un hombre con su pene en estado natural (así como viene de fábrica) o uno que lo tenga circuncidado.
Antes de que corran (fíjense que omitimos el reflexivo) a bardearla en los comentarios, vale aclarar que si bien rozamos la tangente (entre otras cosas), este post no pretende implicar asuntos relacionados con lo religioso, así que evítense los chistes (o no tanto) ofensivos. Sí, es cierto que los judíos la tienen circuncidada... aunque no todos; de la misma manera en que también es cierto que existen hombres que no son judíos y que igual la tienen circuncidada.
Bien, aclarado este punto, continuemos desarrollando el tema.
La pregunta de los hombres acerca de esto apunta en la mayoría de los casos a conocer si existe alguna diferencia en cuanto a lo placentero, es decir: si las mujeres gozamos más, o distinto, cuando el pene está enterito o cuando le falta su capuchita.
La respuesta es que no, no hay diferencias. Como siempre decimos: depende de la habilidad del mago, así que no pierdan las esperanzas y sigan esforzándose y poniendo toda su dedicación en hacernos pasar un buen rato.
Si bien es cierto que un pene circuncidado da la sensación a simple vista de tener un tamaño más importante que otro enterito, tengamos en cuenta que esto es un efecto visual. Y que, además, repetimos: el tamaño tampoco se relaciona en forma directa con el placer proporcionado.
En líneas generales, y desde mi humildísima experiencia, yo podría destacar únicamente dos grandes diferencias:
La primera se relaciona con un tema de habilidades manuales. Es decir: no es lo mismo manipular (entiéndase: hacerle una paja) a un pene circuncidado que a uno normal, simplemente porque falta ese juego que da la piel que sobra de un lado y falta del otro, y por ende los recaudos a tomar serán diferentes, al igual que las maniobras a realizar.
Y la segunda tiene que ver con la famosa cuestión de "la limpieza". Sí, es cierto que la circuncisión es una buena medida higiénica, por ende, tengan en cuenta esto a la hora del sexo oral... a buen entendedor, pocas palabras.
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